Ya he comentado muchas veces que el arte es libertad, es creación e imaginación, pero no todo vale. Para ser y hacerse artista se necesita una buena dosis de oficio y muchas horas y años de aprendizaje, lo cual consigue que aquel que ya tiene aptitudes innatas y un amor apasionado lo sea. También he dicho en alguna ocasión que es precisamente la especie humana la única que tiene el privilegio de la creación artística, ya que es el único capaz de razonar, condición sine qua non para que combinada con la pasión interna se pueda crear una obra de arte.
Ahora, en estos tiempos en el que al arte se le permite cualquier ultraje, todo es posible, y se confunde la creación y la originalidad con la excentricidad y el devertimento : se trata simplemente de llamar la atención a cualquier precio, haciendo cualquier cosa que nunca se haya hecho, sin importar la estética, la belleza, la creatividad y el buen gusto. Todo vale, lo único que importa es transgredir y "sorprender" al desconcertado espectador.
Tenemos actualmente una buena muestra de todo ello en esta exposición que se realiza en Barcelona. Eso si, ha conseguido su objetivo: que se hable de ello.
No voy a decir más, Mario Vargas Llosa escribe en el diario El País un excelente artículo poniendo sobre la mesa con ironía hasta donde ha llegado el arte y la estupidez humana. No dejéis de leerlo que no tiene desperdicio.