Volviendo a mi exposición debo añadir que a pesar de todo, la acogida del público y los elogios han sido numerosos. Estoy convencido, cada día más, que la gente de la calle quiere ver pintura y está un poco harta de los "inventos artísticos y conceptuales" de los artistas protegidos y de los intelectuales "entendidos" en arte. Casi todos los visitantes con los que he intercambiado opiniones sobre la arte actual, es decir el arte que está oficialmente reconocido en los museos vanguardistas, tienen la opinión de que es una tomadura de pelo que ni entienden ni les gusta.
Por otra parte también estoy contento con la acogida que tienen los retratos femeninos en los que últimamente estoy trabajando, consiguen agradar, sorprender por sus colores y sugerir comentarios sobre la retratada, sin llegar a verse como un retrato personal sino simplemente como una pintura en la que los colores y las formas crean una armonía de colores. Esta es la finalidad que busco.
Sinceramente, el balance es muy positivo desde el punto de vista artístico, desde el punto de vista de las convicciones que defiendo y en las que creo acabarán imponiéndose, ya que la gente de la calle, a la cual yo intento llegar después de conseguir llegarme a mi mismo, se muestra interesada en la pintura, en el simple hecho de ver una pintura que les deleite el sentido de la vista y a través de ella les haga vibrar el alma.
Os agradezco sinceramente vuestra asistencia.